
La agencia EFE informa que una cerda transgénica con varias partes de su cuerpo fosforescentes ha parido dos lechones que también brillan. Gran titular para los autores del proyecto apoyado por la Universidad de Agricultura Nororiental de la provincia de Heilongjiang. El alumbramiento demuestra, según ellos, que los animales transgénicos "son normales", pues se reproducen y transmiten el gen implantado genéticamente a sus descendientes.
¿Qué clase de normalidad es una cerda con las pezuñas, el hocico y la lengua fosforescentes? Tanta como en un elefante rosa.
Lo han conseguido inyectando a los embriones una proteína procedente de medusas, una de las pocas especies fosforescentes del reino animal. Me suena al experimiento que hizo el padre de Bruce Banner en Hulk...si habéis visto la peli, ya sabéis el delirante final y si no ya os digo que la cosa se le va de las manos.
La excusa para someter a semejante salvajada a los cientos de cerdos que han tenido que soportar torturas hasta que uno ha "heredado" los genes fosforitos es que tendrá aplicaciones prácticas, primero, en la propia especie, pues permitirá crear cerdos "con una carne más nutritiva" y, segundo, en las enfermedades humanas hereditarias. Como dice Shrek: ¡Y voy yo y me lo creo!.
Lo transgénico no es bueno ni para nosotros ni para el medioambiente. El peligro de los seres vivos transgénicos es, primero, un problema de seguridad medioambiental: se desconoce el impacto sobre la biodiversidad, y, segundo, es un problema de seguridad humana: no sabemos cómo se van a comportar los microorganismos transgénicos, como virus o bacterias.
Las especies transgénicas no benefician más que a las industrias que las producen: no garantizan el suministro de alimentos ya que hay alimentos para todos y sino echad un vistazo a los excedentes de la Comunidad Europea que prefiere dejar que se pudra la producción de alimento sobrante, a repartirla. El problema del suministro de alimentos no es un problema de tecnología, sino un problema político.
Cuánta gente hay comiendo transgénicos sin saberlo...si la industria crece hasta invadir el mercado, será demasiado tarde. Sin consumidores, el producto no tiene futuro.
Greenpeace marca los cultivos transgénicos, especialmente de maíz, cuya ubicación se quiere mantener en secreto.
Esta es la guía que publica Greenpeace de marcas que nos quieren colar alimentos transgénicos y las que no. Están actualizando la versión de 2008, pero hasta entonces podéis consultar esta edición del 2005.
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