miércoles, 23 de abril de 2008

Las alas de la vida


Es el título de una película que pasaron hace unos días en La 2. Pocas veces pueden verse documentos como éste de tanta carga emotiva, realista y vital como la historia, sobresaliente por su profundidad, de este médico, Carlos Cristos, con la enfermedad A.M.S. atrofia sistémica múltiple, que reclama una vida y una muerte dignas sin conmiseración ni lágrima fácil.
En el filme le acompañan amigos, familiares, médicos y científicos que abordan con serenidad y desde diferentes puntos de vista las vivencias y los temas asociados al final de la vida y su fragilidad, como dice el lúcido Carlos "si es posible, con una sonrisa."
Junto con un llanto liberador y necesario, Carlos afronta temas como el testamento vital, los cuidados paliativos, en un documental que parece tratar sobre la muerte y el morir y acaba centrándose en el vivir.
Desde la gestación del proyecto en el 2003 hasta su finalización en 2006, su protagonista ha ido perdiendo autonomía y capacidad de comunicación. Hoy sus palabras, tal como vimos en el programa Versión Española, son casi ininteligibles pero con una entereza moral inquebrantable nos ha dejado algunas de sus magníficas reflexiones que la enfermedad ya no conseguirá fastidiar y que nos hablan de su cordura, su generosidad, madurez y sentido del humor: "sigo jodido pero contento", "a todos nos quitarán todo" "no me importa consumirme como un leño, si doy un buen fuego"
Sin regodeo ni autocompasión, con su abrumadora experiencia es testigo del desafío de vivir cuando las condiciones de lo que llamamos vida se degradan al mínimo en autonomía e intimidad, cuando se vive la renuncia progresiva a las cosas que consideramos básicas. Sin embargo, hay que admitir que Carlos cuenta con un entorno acogedor, amoroso, compresivo y cálido que le arropa con paciencia, humor y cariño, y, como él dice, y a pesar de la aciaga jugada del destino, es un privilegiado, ya que antes de 2003 había tenido una vida plena, llena de amor y de experiencias enrioquecedoras, ¿en qué infierno vivirán aquellos que no tengan ese entorno amable y comprensivo en cualquier parte del mundo, abandonados a su suerte en burbujas de soledad y sufrimiento y condenamos a vivir en un cuerpo que no les responde con una mente dolorosamente lúcida?
Nuestra Sopa quiere contribuir a llenar de significado el vivir y el morir con dignidad de todos los seres y con ejemplos como el suyo a uno le parece que los problemas de cada día son una broma en relación a los que él se enfrenta. Compartimos con él la curiosidad por saber que pasará en el último microsegundo de vida, qué se siente en el momento del tránsito, el estar por un momento a ambos lados del espejo.
Uno de los mejores momentos son los que aparece con un amigo inventando artilugios de lo más extravagante, el buen humor es la tabla sobre la que Carlos seguirá "bailando mientras siga la música."
Para saber más, os recomiendo verla o pasaros por su página donde veréis un dossier de prensa con una recopilación de algunos artículos sobre la película.

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