
Para completar el video de Matthieu Ricard sobre la felicidad, os ponemos algunas citas de su último libro "En defensa de la felicidad". Esta honesta y sencilla reflexión, desde la especial óptica occidental-budista de su autor, consigue contribuir a aclarar cuál es la verdadera felicidad y cómo acceder a ella.
La felicidad siempre se confunde con el placer sensorial, estético o intelectual, pero "no hay razón para privarse de la visión de un magnífico paisaje, de un sabor delicioso, del perfume de una rosa, de la suavidad de una caricia o de un sonido melodioso, siempre y cuando no nos alienen". Siempre y cuando, no nos esclavizen, no nos causen apego que engendra avidez y dependencia.
La verdadera felicidad no puede proceder del exterior:
"Si se originase en el exterior, siempre estaría fuera de nuestro alcance. Nuestros deseos son ilimitados, y nuestro control del mundo, restringido, temporal y casi siempre ilusorio. Para el budismo, las repercusiones de nuestros pensamientos, palabras y actos negativos envenenan la mente con las toxinas del odio, la avidez y la confusión; son la principal causa de sufrimiento.
¿Que es lo que nos une a todos los seres sensibles? Todos aspiramos a alcanzar el bienestar y librarnos del sufrimiento. Ricard nos explica el origen de todo sufrimiento y nos guía de forma práctica hacia las formas de evitarlo. "La felicidad es una manera de ser, y las maneras se aprenden." (...) no se decreta, ni se convoca, sino que se cultiva y se construye poco a poco, a lo largo del tiempo."
Su conclusión es que previa a la revolución exterior, es necesaria la transformación interior y que la felicidad es sinónimo de altruismo, de implicación social y participación en organizaciones benéficas que permiten proyectarse hacia el exterior, en vez de centrarse en uno mismo.
Su conclusión es que previa a la revolución exterior, es necesaria la transformación interior y que la felicidad es sinónimo de altruismo, de implicación social y participación en organizaciones benéficas que permiten proyectarse hacia el exterior, en vez de centrarse en uno mismo.
"Cuando los individuos se transforman, el mundo también cambia, porque el mundo está constituido de individuos" (Cavalli-Sforza, La Ciencia de la Felicidad).
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