domingo, 24 de abril de 2011

Vive la France?

Francia tiene, desde el pasado 22 de abril, el desgraciado honor de haber pasado a la historia por incluir la barbarie de las corridas de toros en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial. El Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas (ONCT) es el culpable de tal despropósito alegando que existe una tradición local ininterrumpida.

Esta sí que es buena. También las luchas de gladiadores eran “artes del espectáculo”, las matanzas de millones de animales en los circos romanos mostraban la "sensibilidad" de los romanos, o las decapitaciones de la guillotina como “celebración local” en los días de mercado, o los espectáculos de las hogueras de la Inquisición como “tradiciones locales ininterrumpidas durante siglos” hasta que dejaron de serlo.

En el expediente presentado por ese infame ONCT se destaca que las corridas "reflejan la sensibilidad específica de cada uno de los pueblos y comunidades que la comparten, que pertenecen a las artes del espectáculo y que constituyen el núcleo de numerosas fiestas locales (..) “en su organización y desarrollo la Fiesta está basada en el respeto que los ganaderos, toreros y aficionados sienten por el toro durante su lidia y su cría", y considera que la conservación de la riqueza ecológica de los espacios en los que habitan "está condicionada por la supervivencia de la corrida". ¿Debe haber crueldad para mantener la diversidad ecológica? ¿sensibilidad? ¿respeto por el toro?. Vaya tomadura de pelo. No se lo creen ni ellos: ¿cuánto dinero habrán soltado para incluir las corridas de toros en semejante lista? Simple y llanamente, se trata de seguir lucrando a los ganaderos, los toreros y toda la cohorte de parásitos que viven gracias a la matanza de los toros.

Las corridas de toros en Francia se remontan al siglo XIX y permanecen vigentes en 47 ciudades de cuatro regiones del sur: Aquitania, Medios Pirineos, el Languedoc-Roussillon y en Provenza-Alpes-Costa Azul. Actualmente, esas regiones se benefician de una derogación legislativa al artículo del código penal que castiga todo acto de crueldad contra un animal, domesticado o en cautividad, que exceptúa, mira tú por dónde, las corridas de toros. 

Hay una Francia que ne marche pas!

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