domingo, 10 de junio de 2012

Referéndums y lágrimas

Esta semana se ha confirmado que, a veces, más vale no realizar referéndums: en tres poblaciones de la provincia de Cáceres de cuyo nombre no quiero acordarme, los habitantes han votado que  prefieren torturar vaquillas y realizar encierros antes que crear puestos de trabajo eventuales con los 15.000 euros de presupuesto municipal. Todo ello por 242 votos a favor de los toros y 181 a favor del empleo.
Es la parte negra de la democracia: si una mayoria descerebrada decide apostar por la crueldad en vez de la mejora de la calidad de vida de algunos conciudadanos, pues nada, fiesta y alcohol que la crisis se supera bebiendo hasta el coma etítlico y haciendo el tonto delante de una pobre y desorientada vaquilla.
Dan ganas de llorar. Como lloran los protagonistas de una campaña de la Sea Shepherd Conservation Society que denuncia el saqueo de la natulareza y la depredación masiva de especies.



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