59 piezas de diferentes plásticos de 20 kilos de peso acabaron con la vida de una ballena que fue hallada muerta en la costa holandesa de Helling. El pasado marzo, otra ballena murió en las costas andaluzas por haber ingerido cubiertas de plástico de los invernaderos de Almería y Granada. El plástico pesa, que no lo veamos en nuestras playas no significa que desaparezca, está en la superficie y en los fondos marinos. Para más de un millón de aves marinas y unos cien mil mamíferos marinos que mueren cada año debido a materiales de plástico, el peso es insoportable.
Renunciar al plástico supone 3 desafíos:
- dejar de comprarlo y hacer un cambio cambio radical de nuestros hábitos de consumo (ver la experiencia de John Webster en el documental Un año sin petróleo),
- aprender estrategias para reciclar el que ya existe
- arreglar el que se estropea para no adquirir nuevo (ver la experiencia de la empresa Plastic Repair).
La foto corresponde a una obra del artista Daniel Canogar que reflexiona sobre el exceso de plástico en nuestro mundo.
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