
Trad. Título: Esto va doler un poco
Michael Moore, ese estupendo y necesario agitador de mentes y corazones, tras poner en evidencia a General Motors por degradar su ciudad natal, Flint en Michigan, denunciar a la industria armamentística en Bowling for Columbine, acusar a los Bush y sus motivaciones reales para la guerra en Iraq en Fahrenheit 9/11, ahora tiene su dedo puesto sobre la ulcerante llaga del sistema sanitario de su país.
Sicko es el título en inglés de su film estrenado el 29 de junio de 2007, sin fecha aún de estreno en España que puede considerarse la película más completa y madura de este director pues consigue un ritmo cinematográfico loable saltanto elegantemente de la denuncia más directa y sarcástica a los dramas más humanos.
En palabras de Moore: «Si la gente pregunta, decidles que Sicko es una comedia acerca de los 45 millones de personas sin salud pública del país más rico de la tierra». El título de Sicko es un juego de palabras, porque mientras "sick" significa «enfermo», sicko se utiliza coloquialmente para describir a una persona moralmente desestabilizada, con actitudes enfermizas u obscenas. Así que el título se refiere tanto al estado de salud (sick) como a la falta de estabilidad y salud mental (sicko).
Moore, que también ha escrito varios libros recomendables entre ellos: Estúpidos hombres Blancos y ¿Qué han hecho con mi país, tío?, se propone en Sicko reflexionar sobre la naturaleza del sistema y llama a sus compatriotas a demandar cambios políticos que lleven al sistema a acercarse a la sanidad universal gratuita que gozan otros países mostrados en la cinta: Francia, Canadá, Reino Unido y Cuba.
En ella Michael Moore expresa inicialmente la realidad de los 50 millones de ciudadanos estadounidenses que no cuentan con ningún plan de cobertura médica, agregando que esa película no va dedicada a esos 50 millones, sino a los más de 250 millones de estadounidenses que sí gozan de seguro médico, o que al menos creen estar cubiertos por grandes compañías aseguradoras. A pesar de que cada uno de estos contribuyentes paga alrededor de 2.000 dólares anuales por medio de deducciones salariales, en la mayoría de los casos los tratamientos les son denegados cuando los necesitan.
Por estas tierras nuestras solemos acordarnos de la sanidad cuando la necesitamos y protestamos por lo que nos descuentan cada mes de la Seguridad Social sin pensar que ese dinero nos permite, tarde o temprano, tener acceso gratuito a las caras atenciones médicas. Aunque haya mucho que mejorar, tras visionar este documental, se pueden considerar afortunados los nacidos en países donde todavía se respeta el sistema socializado de medicina.
Sin fecha de estreno en España, aquí os dejo un clip de la película y de una intervención de lo más acalorada de Moore en la CNN donde utiliza el espacio de promoción de la película para poner en evidencia a la cadena denunciando su falta de credibilidad y profesionalidad.
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