lunes, 19 de mayo de 2008

Una vida de tortura para una hora de show


Los circos han sometido a los animales durante 200 años, y a los que se lucran del circo no les interesa que el público se entere de lo que realmente pasa antes y después de la función. Los animales, la mayoría de los cuales son bastante grandes y naturalmente activos, son forzados a pasar la mayor parte de sus vidas en pequeñas jaulas utilizadas para su transporte, y se les permite salir de ellas sólo por períodos cortos cuando tienen que actuar. Hay una gran cantidad de circos que no tiene mucho dinero, y como resultado de ello, los animales que utilizan generalmente reciben un cuidado inapropiado.
Un defensor de animales (Born Free) que trabajó en forma encubierta en un circo ambulante se sorprendió de que el circo era con frecuencia incapaz de proveer suficiente agua para los animales. Durante la temporada baja de invierno, los animales utilizados en los circos deben permanecer en jaulas de viaje o en establos; algunos son guardados hasta en vagones. Pocos circos tienen los fondos o el deseo de invertir mucho dinero en albergues de invierno confortables, ya que la vivienda para la temporada baja es utilizada durante algunos pocos meses al año. Tal cruel reclusión física tiene un efecto muy nocivo física y psicológicamente sobre los animales.
Un investigador secreto de PETA filmó cómo son golpeados los elefantes del circo Carson & Barnes. No os pongo el video que es desolador pero Tim Frisco, el director de atención a los animales del circo y entrenador de elefantes desde hace mucho tiempo, fue grabado por un investigador de PETA mientras golpeaba a unos elefantes y les aplicaba descargas eléctricas sin que los animales dejasen de gritar. Frisco dice en ese video a los otros entrenadores que tienen que lastimar a los elefantes para domarlos, que usen los ganchos de metal y que los hundan en su piel hasta que los elefantes griten del dolor. Frisco les advierte que los golpes deben darse sin que nadie los vea y que los elefantes no deben ser castigados “frente a mil personas”. El investigador de PETA también grabó a un entrenador usando un soplete para quitar el pelo de la piel de un elefante, elefantes encadenados y osos en jaulas exhibiendo un grado extremo de comportamiento neurótico, causado por la angustia del confinamiento.
El castigo físico ha sido por mucho tiempo el método estándar de adiestramiento de los animales en los circos. A algunas especies les cuesta más que a otras adaptarse a las técnicas de adiestramiento y, como resultado de ello, sufren mucho estrés durante las sesiones de adiestramiento. Algunos animales son drogados para hacerlos "domables", y a algunos les arrancan los dientes.
Según el ex domador Pat Derby, "después de 25 años de observar y documentar circos, sé que no hay adiestradores de animales amables". Los patrocinadores de los circos se sorprenden con frecuencia al descubrir que hasta el famoso adiestrador Gunther Gebel-Williams ha sido filmado golpeando a los animales con látigos. Un ex empleado de Ringling Bros. le dijo a la Elephant Alliance (Alianza Elefante) cómo el circo maltrata sistemáticamente a sus animales.
Los actos que los animales son obligados a realizar -osos que se balancean sobre pelotas, monos que manejan motocicletas, elefantes que se paran sobre dos piernas- son físicamente incómodos y representan conductas antinaturales. Los látigos, collares ajustados, bozales, picanas eléctricas, ganchos de metal puntiagudos y otras herramientas utilizadas durante los actos en los circos son el recordatorio de que los animales son forzados a actuar. Estas "actuaciones" superficiales no enseñan nada a la audiencia sobre cómo los animales se comportan en circunstancias naturales.
Los animales de los circos se pasan 11 meses del año viajando, enjaulados, encadenados y forzados a vivir con sus propios excrementos en temperaturas extremas. En la vida salvaje, los elefante viven en enormes y sociables manadas y caminan decenas de kilómetros diarios, al igual que los felinos en sus hábitats.
Cuando los animales alcanzan una edad en la cual no son más útiles para actuar, los relegan para siempre a cuarteles de invierno (generalmente jaulas) o los venden a otros circos, zoológicos, colecciones privadas de animales exóticos, granjas (para ser usados como blanco para "recreación" o como carne "exótica"), o a veces a laboratorios de investigación. Generalmente terminan sus vidas no más pacíficamente o confortablemente que como las vivieron: en reclusión, bajo coacción y miseria.
A medida que más gente toma conciencia sobre la crueldad que implica forzar a los animales a actuar, los circos que utilizan animales están encontrando menos espacio para instalar sus carpas. En Inglaterra, a los circos que tienen actos con animales a menudo se les niega el uso de espacio público. Según la ley de protección de animales de la Generalitat de Catalunya, se prohíbe el uso de animales en peleas o espectáculos si éstos les pueden causar sufrimiento, o si son objeto de burlas o tratamientos antinaturales....es decir se prohiben las peleas de perros, de gallos, matanzas de animales -en público, claro porque en privado tras las paredes de los mataderos, la masacre y los abusos continúa-, las atracciones con animales pero no se prohíben las corridas de toros ni los correbous, durante los cuales, como todo el mundo sabe, "los toros se lo pasan en grande, no sufren ni se estresan". Si convertir un hermoso animal, en una albóndiga sangrante no es un tratamiento antinatural, ya me diréis qué lo es.
Estas excepciones de nuestras leyes dan vergüenza ajena por la hipocresía y el doble rasero que desprenden.

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